lunes, 12 de julio de 2010

El Botija Panquemado

por Toto Imperatore
Volver al sitio de El Transbordador
El Botija es un amigo uruguayo que tengo, con quien a veces coincidimos en el transbordador. Unos años atrás transbordábamos juntos y yo justo andaba necesitando una expresión bien uruguaya para retocar un candombe cuya letra acababa de escribir. Así que aproveché para pedirle una sugerencia al Botija: él me propuso la dupla "pica - pan quemado" de las escondidas orientales. La usé, le mostré cómo quedaba, y él me dijo: "¡ahí va!".

El Botija Panquemado y yo volvimos a encontrarnos justo antes de las semifinales. Él transbodaba para tomarse un transfer al aeropuerto, porque se iba a Sudáfrica a ver a la celeste. Yo, por mi parte, ya ni me acuerdo adónde iba. Desde el 0-4 con Alemania andaba medio boleado, sin rumbo fijo...  Lo felicité por el campeonato que estaba haciendo la selección uruguaya y él me lo agradeció.

El Botija: Como tú, varios amigos argentinos me expresaron su apoyo. Y yo aprecio mucho los conceptos que han vertido, tanto sobre nuestro seleccionado como sobre el país todo.

Yo: Es cierto, me llama gratamente la atención la simpatía con que se mira en Argentina a la selección uruguaya, sobre todo entre los jóvenes. Bien distante de la rivalidad enconada de los viejos tiempos. A más de uno les escuché decir, después de que quedamos eliminados: "y bueno, ahora por Uruguay"...

Le pregunté qué pálpito tenía para el partido contra Holanda.

El Botija: Veremos... Los que alguna vez hicimos deporte sabemos que, por más difícil que sea un partido, y éste es dificilísimo, una vez que entrás a la cancha son 11 contra 11...

Hizo una pausa el Botija Panquemado, y yo me quedé esperando, porque me di cuenta que tenía ganas de seguir.

El Botija: Sea cual fuere el resultado, lo grandioso que nos pasó en este Mundial es lo contentos que estamos todos por cómo se comportaron el plantel y su cuerpo técnico. Dentro y fuera de la cancha. En nuestras sociedades, el fútbol forma parte de nosotros, de nuestra idiosincrasia, de nuestra cultura, . En el resultado se puede ganar o se puede perder: es deporte y juegan muchísimos factores en ello. Pero, independientemente del resultado, es muy importante como se actúa en la globalidad. Y eso es lo que nos tiene contentos, al menos en esta oportunidad.

Yo: Me hablás de Uruguay y no sé por qué siento que estás tratando de decirme algo sobre Argentina. ¿Es así, o es que estoy demasiado susceptible?

El Botija: No, no quise insinuar nada. Pero reconozco que después del partido Argentina-Alemania estuve tentado en escribirles a mis amigos argentinos, quizás de puro atrevido, para dejarles algunas reflexiones. Al final preferí dejar pasar unos días. Tú sabés que soy de los uruguayos que queremos enormemente a Argentina como país. Tengo muchos amigos argentinos, amigos uruguayos que viven allá, y además me encanta el fútbol argentino y sus jugadores, los de antes y también los de ahora. Salvo que jueguen contra Uruguay, siempre soy hincha incondicional de Argentina.

Yo: ¿Y cuáles eran esas reflexiones tuyas?

No digo que dudé de su declaración de incondicionalidad, pero me puse un poco a la defensiva. Y él, convenientemente, se atajó.

El Botija: Quizás las compartas, quizás no...

Yo: A ver...

El Botija:  Ustedes han tenido al mejor jugador de fútbol de todos los tiempos: Maradona fue el mejor no sólo por lo maravilloso que jugaba, sino por lo que trasmitía a sus compañeros, por cómo influía en los contrarios, en el juez, en las tribunas, etcétera, etcétera. Creo que ése, justamente, es vuestro mayor problema: no pueden desprenderse de eso. Salvando las diferencias, aún nosotros no podemos desprendernos del Maracanazo, y pasaron sesenta años.

Yo: De la adoración por Maradona no podremos ni querremos desprendernos nunca...

El Botija:  Bueno... salvando las diferencias, aún nosotros no podemos desprendernos del Maracanazo, y ya pasaron sesenta años.

Yo:  Es que Diego hizo realidad nuestro sueño de llegar bien arriba y escaparle al destino natural de Argentina en los Mundiales... Que, según mi teoría, en el fútbol moderno es entrar entre los top-8 y punto. Es decir, quedarnos en los cuartos de final.

El Botija:  Pero desde que yo recuerdo ustedes siempre aspiraron a lo máximo...

Yo:  Eso era lo lógico al principio, cuando ustedes y nosotros nos disputábamos toda la gloria... Pero del 50 en adelante quedamos unos escalones más abajo. Aunque hubo épocas en que prevalecimos en Sudamérica, para volver a ser top-2 a nivel mundial necesitamos de dos circunstancias excepcionales: la localía en el 78 y Maradona-jugador en el 86 y el 90. Con esas circunstancias a favor conseguimos dos títulos y un subcampeonato mundiales. La localía es irrepetible, lo será por varias décadas. Y tener un jugador como Maradona también lo es: no hubo otro como él, y probablemente tampoco lo habrá. ¿Entendés por qué lo idolatramos, y no sólo eso, nos empeñamos en perpetuarlo como hacedor de milagros? Yo estaba en cancha de River cuando los colombianos nos hicieron 5, nos estaban mandando al repechaje con Australia y la gente empezó a cantar Maradoooó Maradoooó. Yo pensaba por favor no canten esto, porque le están pasando a Diego una mochila que él se va a cargar sin calcular el peso. Así se inició el último capítulo de Maradona-jugador en la selección, aquel que terminó con el episodio del doping en el Mundial de Estados Unidos. A fines del 2008 el desempeño de la seleccion declinaba peligrosamente en las eliminatorias, y lo volvimos a llamar como salvador, ahora en la función de DT.

El Botija: Tú conocés bien el principio de Peters... En las organizaciones humanas cada individuo asciende hasta su nivel de incompetencia. O sea, cada vez que alcanza su desempeño óptimo en una tarea lo promueven a otra nueva, hasta que terminan por darle una tarea que lo excede, en la que inevitablemente fracasa. Con Maradona puesto a técnico ese principio vale nítidamente. Aparte, ningún cuadro de fútbol puede realizarse completamente como tal, cuando es más estrella y más marketinero su DT que sus jugadores. ¡Y eso que tienen excelentísimos jugadores! Mas aún, tienen al mejor del mundo en la actualidad.

Yo: La experiencia que vivimos con Maradona en su época de jugador fue fabulosa, un sueño, pero fue distorsionante, porque nos lleva a pensar que el prodigio individual permite sustituir al dedicado esfuerzo de construcción colectiva. Es una visión mesiánica, en la que todo lo que hay que hacer es esperar que el salvador produzca el milagro. En este Mundial repetimos ese modelo mental con Messi, lo esperamos todo de Messi. En el fútbol uruguayo hay episodios milagrosos, pero no son resultado de los superpoderes de un elegido, me parece a mí que son milagros conquistados colectivamente por determinados grupos de personas que se alinearon detrás de una causa.

El Botija: Ya que hablás de distorsión, bo... pretender que Maradona reedite como DT la influencia que tuvo como jugador es el colmo de la distorsión.

Yo: Mirá, de Maradona-técnico hubo cosas que a mí me convencieron. Hablo exclusivamente de la etapa del Mundial, apartando todo lo anterior que no me gustó. Reconozco que me entusiasmé. Me sedujo su idea de los tres delanteros; puso por encima de toda otra consideración ese concepto estratégico que anticipaba que en este Mundial nuestra ventaja diferenciadora era precisamente esa disponibilidad de atacantes que estaban pasando por su momento cumbre. Una audacia que lo alejaba de los tacticistas puros, que son expertos en diseñar esquemas para no jugar a nada. Claro, a partir de eso Diego tenía que armar de adelante para atrás un equipo que respaldara al terceto ofensivo. Apostó a que el equipo terminaría de "aparecer" durante el Mundial pero a medida que los partidos se tornaron decisivos eso no ocurrió.

El Botija: Un DT, además de hacer su trabajo, tiene que ser un referente. El consejo sabio, el conductor en las buenas y en las malas, el motivador, y un ejemplo de conducta para todos, pero especialmente para las generaciones mas jóvenes. Las estrellas deben ser los jugadores, ¡que son los que están en la cancha! Luego de sus tétricas declaraciones en Uruguay al terminar las eliminatorias, Maradona venía bastante bien en la primera parte del Mundial. Pero últimamente ya había perdido de nuevo la línea, y la perdió definitivamente tras la derrota estrepitosa con Alemania.

Yo: A mí me gustó el rol de Maradona como motivador de sus jugadores durante el Mundial. Para ellos Diego fue el ídolo máximo. Es inexperto como entrenador, pero cuenta a su favor el haber participado como jugador en cuatro Mundiales, bueno, digamos en tres Mundiales y medio, una vivencia que muy pocos tienen. Al principio ejerció un estilo de liderazgo participativo, al involucrar a sus compañeros del cuerpo técnico y a los propios futbolistas en las decisiones. Si bien no conocemos toda la intimidad, ese estilo dio señales aparentes de funcionar. Todas esas cosas me hicieron ilusionar hasta que con México las dudas reaparecieron y con Alemania se confirmaron hacia el lado negativo.

El Botija: Amigo, visto de afuera, lo mejor que pueden hacer es dejar a Maradona en el sitial de donde nunca tuvo que haber salido, el de haber sido el mejor jugador de todos los tiempos. Y poner de DT a alguien que, además de conocimientos de fútbol, táctica, estrategia, motivación, etcétera, etcétera, trasmita buenos valores. De última, el fútbol es eso, un juego, donde se pueden trasmitir valores. Jugadores, ustedes tienen de sobra.

Yo: Por supuesto que es una bendición producir jugadores en cantidad y calidad. Pero es algo que, al mismo tiempo, nos induce inconscientemente a acentuar el foco en las virtudes individuales por sobre las colectivas. Diseminados por diferentes equipos y países, nuestros jugadores engordan sus egos a la par de sus billeteras, y luego hay que ponerlos en la Selección Nacional a trabajar juntos en 1 ó 2 días previos a cada partido de la eliminatoria o, con suerte, de algún amistoso FIFA. No dudo que esos muchachos ponen la mejor voluntad del mundo, aman la camiseta argentina, se respetan y hasta se admiran mutuamente. Reconozco el sacrificio que hacen cada vez que viajan a jugar. Pero trabajar juntos, articularse, ser actores y co-gestores de un diseño colectivo, es otra cosa. Dicho sea de paso, encontrar este tipo de cohesión es más la excepción que la regla en cualquier fútbol del mundo, y el equipo que lo logra tiene una carta de triunfo realmente valiosa.

Esta vez fue el Botija Panquemado quien se dio cuenta de que yo tenía más rollo para largar, y tuvo la paciencia de esperar a que yo ordenara mis pensamientos.

Yo: Yo creo que lo primero que tenemos que tener claro es dónde estamos y adónde queremos llegar. El argentino futbolero medio (es decir, la amplia mayoría del país) cree en cada Mundial que Argentina es candidato al título, cuando la verdad ya te la dije: a menos que aparezca una nueva condición excepcional, nuestro destino natural se termina en cuartos. El objetivo debería ser superar ese dintel, o sea entrar entre los 4 mejores. Para mí no tiene sentido encarar un Mundial con el objetivo de salir campeón, porque eso no se puede planificar de antemano. Una vez que estás entre los 4 mejores todo es posible porque en esas instancias las fuerzas están parejas. Reconocer dónde estamos es el primer requisito de la deportividad. Lo segundo que tenemos que tener en claro es que el objetivo sólo podrá alcanzarse mediante la construcción colectiva.

El Botija se fue, apurado por el horario, para proseguir su viaje. Ellos sí estaban entre los 4 semifinalistas, y en esa posición ya todo le parecía posible.

Unos días más tarde volví a encontrarme con él y, con el resultado contra Holanda puesto, le deseé que Uruguay conquistara el tercer puesto contra Alemania. Con un dejo de ironía autoridirigida, agregué: "gánenles y de paso nos explican bien cómo se hace", aunque por entonces ya España había dado una muestra de lo que hacía falta para vencer a los alemanes y, por cierto, se había ocupado de no darles las ventajas que les dio Argentina. La siguiente vez que nos encontramos fue después de que Alemania derrotó a Uruguay, pero la forma en que el equipo uruguayo jugó ese partido fue una muestra cabal de cómo se podía vencer a Alemania. Porque pudieron perfectamente haberlo hecho.

lunes, 5 de julio de 2010

4 de copa

por Toto Imperatore
El sueño de una ronda semifinal dominada por Sudamérica se esfumó. Brasil se suicidó y de inmediato Holanda, sin dudar ni dejar dudas, lo remató por las dudas. Alemania desintegró con goles la ilusión de Argentina y la redujo a un mero espejismo. Paraguay le hizo frente a España de igual a igual, pero en un encuentro de pocas chances no aprovechó las suyas y terminó cayendo. De los sudamericanos, sólo Uruguay pasó, en un partido increíble que Ghana tuvo a su alcance antes de derretirse en los penales, incluido el que Gyan mandó al travesaño en el minuto 120 del juego.

Quedaron 3 semifinalistas históricos y 1 casi nuevo. Alemania es el que más frecuentó las semis, es la 12da ocasión en que llega a esta instancia; hasta ahora la superó 7 veces y claudicó sólo en 4. Más allá de sus antecedentes, en su versión actual parece un equipazo. Naturalmente estoy impresionado por el partido frente a Argentina, en el que quizá dispuso de demasiadas facilidades.

Holanda fue semifinalista en 3 oportunidades, cayó en la última (Francia '98, ante Brasil) y pasó a la final en las dos anteriores sin llegar a campeón (Alemania '74 y Argentina '78). Ya dije que de a ratos le veo cositas de aquella naranja mecánica del 74, sobre todo eso de poner la pelota al vacío en cualquier dirección y en cualquier lugar de la cancha, en corta y en media distancia. Cositas apenas, no quiero exagerar. Llega con un largo invicto en partidos internacionales, y con el respaldo de haber eliminado a Brasil en cuartos. En este torneo ganó todo lo que jugó, pero también en cada partido dio chances a sus rivales.

Uruguay es el más histórico de los tres semifinalistas históricos. Yo diría casi prehistórico, no con ánimo de ofender sino para diferenciarlo de los otros, más modernos. En el 30, de local superó la semifinal y después fue campeón; en el 50 no hubo semifinales por eliminación sino un cuadrangular en el que Uruguay se consagró por segunda vez, y por último en México '70 perdió con el Brasil asombroso de entonces. Tiene méritos en todas las líneas: una defensa y un medio campo firmes, con mucho orden y rapidez para replegarse a su zona cuando el rival gana la pelota, y un terceto de delanteros (Forlán más retrasado para conducir, Cavani de media punta o por afuera para asociarse y buscar y su goleador Suárez de punta). En lo futbolístico, hasta ahora no demostró en Sudáfrica su capacidad de juego salvo, claramente, contra el local. Sí mostró su coraje, su voluntad a puro corazón, su persistencia milagrera. En eso consistió su partido contra Ghana.

España es el casi-nuevo. Es su primera semifinal mundialista propiamente dicha, aunque una vez ya fue top-4: en Brasil '50 intervino en el cuadrangular final y quedó relegada al 4to puesto. A Sudáfrica llegó con chapa de candidata, por haber ganado su primera Eurocopa en el 2008 y por el nivel de juego que alcanzó en aquel momento. En todos los partidos de este Mundial dispuso de la pelota más que el rival y la manejó, aunque todavía no fue capaz de traducir el domino en abundancia de situaciones de gol. El Niño Torres está lejos del que se consagró en la Eurocopa, pero para compensar apareció Villa. España mostró carácter y paciencia para insistir hasta abrir brechas, aunque no llegó a establecer nítidas diferencias en el marcador con Suiza (con la que perdió el partido inicial), Chile (que le descontó con un hombre menos), y Paraguay (que consiguió emparejar los méritos durante la mayor parte del encuentro).

domingo, 4 de julio de 2010

0-4 y la noche

por Toto Imperatore
Alemania desintegró con goles la ilusión argentina y la redujo a un mero espejismo. Los cuartos de final de un Mundial ya son alta competencia. La jerarquía del rival potenció los problemas que Argentina había mostrado en varios partidos anteriores, especialmente contra México, a los que el cuerpo técnico no dio respuestas. La misma alineación que había ganado el partido anterior resultó ser demasiado poca oposición para Alemania. La franja derecha volvió a hacer agua. El medio campo volvió a ser un gran vacío en el que los volantes rivales, en este caso Schweinsteiger secundado por Khediras, movieron los hilos de su equipo. Con Verón y Pastore en el banco, Argentina padeció otra vez la ausencia de volantes de manejo y creación. En consecuencia, Messi tuvo que partir desde atrás del círculo central y hacer recorridos más largos que nunca hasta llegar arriba, ya condenado a una imposible resolución individual de la jugada.

Para buscar un antecedente a este 4-0 tengo que remontarme al Mundial '74. El partido Holanda-Argentina fue parecido a éste, no sólo por el marcador final sino también por haber puesto frente a frente a un equipo con funcionamiento afiatado y un combinado de individualidades, y por la desequivalencia futbolística resultante. No digo que la Alemania actual, que recién asoma, sea comparable a aquella perfecta naranja mecánica. Pero, por otro lado, debo reconocer que en las marquesinas internacionales los actuales integrantes del equipo argentino brillan mucho más que los de aquel entonces.

A pesar de todo no voy a caer ahora en la necrofagia, esa costumbre tan argentina de devorarse a los caídos. No me vengan a decir que faltó un trabajo de años. Es obvio que faltó, porque Maradona lleva 20 meses como DT de la Selección. No se benefició con la continuidad de un proceso anterior, porque cuando agarró el equipo éste languidecía con aquel estilo de circulación periférica, renuente a pasar a la fase ofensiva, que Diego quiso cambiar. La mayor parte de su gestión se consumió en el arduo proceso de clasificación, definido angustiosamente, y el resto fueron amistosos espaciados, algunos irrelevantes. En el último tramo previo al Mundial, la falta de competencia fue presentada como algo deseado, una precaución para evitar lesiones. A lo largo de su gestión Diego tomó decisiones zigzagueantes que lo llevaron a convocar más de un centenar de jugadores. Ahora bien, tampoco hace mucho que Alemania encontró su actual formación y sin embargo mostró funcionar como equipo. Hasta hace un par de meses su capitán y conductor era Ballack, quien se perdió el Mundial por una lesión; quizás esta desgracia terminó por facilitar la eclosión de algo nuevo. Sacando al goleador Klose, al central Friedrich y algún suplente, sus jugadores son muy jóvenes. Podolski tiene experiencia a pesar de sus 25 años, Schweinsteiger apareció como promesa en el Mundial pasado, pero Oezil debutó en el partido amistoso con Argentina a principios de este año y Müller tiene unos pocos meses de titular. Quiero decir: en armar un equipo realmente bueno hay una parte que tiene que ver con tener ideas claras, y otra parte que depende de hallar intérpretes superlativos para materializarlas... en todos los sectores de la cancha.

Maradona llegó al Mundial sin otra alternativa que decidir sobre la marcha, eso ya lo sabíamos incluso antes de empezar a ilusionarnos. Al fin y al cabo, él es un presentista absoluto y vive de esa manera. Tuvo claridad para ver algunas orientaciones estratégicas y ponerlas por encima de la táctica. Ése es su mérito. Los tacticistas puros, e incluyo en este grupo a varios de los personajes que hablan o escriben sobre fútbol en Argentina y también a ciertos técnicos, carecen de pensamiento estratégico. Parten del dibujo táctico y pretenden convencernos que la cuestión se limita a ponerles nombres a los puestos. Me hacen acordar a esos juegos de encastre con los que se entretienen y aprenden los nenes de 2 años.

De ahí en adelante, Diego y sus colaboradores debían completar una estrategia de juego que abarcara a todas las líneas del equipo y, en función de ésta, definir tácticas que hicieran posible que las fortalezas estratégicas se manifestaran. No haberlo hecho es su demérito. El plantel que se lleva a un Mundial debería estar determinado por las decisiones que se toman en el plano estratégico y quizás, accesoriamente, por algunas de las que se toman en el plano táctico. Una vez que el plantel está elegido, la disponibilidad de jugadores pasa a ser una restricción más. En la conducción, a Diego le adjudico otro mérito: el haber introducido un estilo de liderazgo que pareció rendir sus frutos hasta que llegó este duro revés deportivo.

Quizás en el equipo alemán haya mejores condiciones para desarrollar una estrategia de juego y un esquema táctico, porque hay una mayor continuidad conceptual. Intuyo que es así, aunque no estoy completamente seguro de ello: no es el mismo sistema táctico el de la época de Beckenbauer-jugador que los de Beckenbauer-técnico, el de la época de Ballack que el de este Mundial. Pero quizás las diferencias sean menores. Algo similar pasa en Brasil: hay una tradición que trasciende al tiempo. En lenguaje común, "saben a lo que juegan". En Argentina también hay tradición, quién puede discutirlo, pero está cada vez más circunscripta a las destrezas individuales que se transmiten de generación en generación. A nivel Selección el fútbol argentino -el fútbol como sistema de juego y no los jugadores como individuos- tiene problemas de identidad desde hace... más de medio siglo. Je, je, esta es una afirmación osada, porque en el medio hay dos títulos y una final mundiales, y unos cuantos títulos juveniles, pero tengo argumentos para desarrollarla y lo haré en otro momento.
Volver al sitio de El Transbordador.

Esta nueva eliminación mundialista desnuda problemas estructurales del fútbol argentino. Voy a dejar de lado las cuestiones extrafutbolísticas que todos conocemos, desde los dirigentes a los barras bravas, no porque no sean importantes sino porque quiero concentrarme en lo futbolístico. Hace tiempo que Argentina tiene problemas por las bandas, sencillamente porque no surgen laterales en nuestro fútbol. En el mundo, los grandes equipos han sabido resolver el manejo de las bandas. Sin ir más lejos, Alemania tiene hoy a Lahm por derecha, lo vimos dominar su banda a despecho de Di Maria, Maxi y/o Heinze, y recorrió la izquierda con el lateral Boateng y el volante ofensivo Podolski.

Hace tiempo que no producimos zagueros centrales de calidad. Otamendi fue una de las buenas apariciones recientes en ese puesto, aunque en esta Selección jugó de otra cosa. Pero en general no surgen centrales con las virtudes distintivas de los centrales: envergadura y solidez física, justo balance fuerza-velocidad, juego aéreo, reflejos, visión de entorno, inteligencia táctica, temple, personalidad. Los pibitos no quieren ser laterales o zagueros, porque éstos tienen poca cámara en la tele; los padres no quieren que sus hijos jueguen de eso, porque son los puestos menos cotizados. Los cazadores de talentos que trabajan con los representantes casi ni se fijan en ellos, porque sus transferencias son negocios menores.

Con respecto a delanteros, no nos podemos quejar: a Sudáfrica fuimos con una buena dotación. Sin embargo hace tiempo que no vemos surgir centrodelanteros de corte clásico, capaces de exigir en el duelo físico con los defensores rivales, llevárselos de paseo, cabecear en las dos áreas, causar desparramos, salir a participar en la circulación ofensiva y entrar con oportunismo para meterla con cualquier parte del cuerpo, obstruir la salida rival... Maradona llevó a Palermo: el Loco hace buena parte de ese menú y se lo merecía, pero también es cierto que el DT no encontró nada comparable en generaciones más jóvenes. Están muy bien los delanteros pequeños y veloces, pero también hay que tener de los otros para diversificar las opciones.

Hace tiempo que los técnicos de la Selección apenas si pueden trabajar con sus jugadores. Los países que tienen a sus cracks en el extranjero deben enfrentar la renuencia de los clubes a cederlos, que se traduce incluso en presiones directas sobre los futbolistas. Disponen de ellos muy espaciadamente, dentro de los calendarios y las condiciones que la FIFA ha ido reglamentando, sesgadas, como era de esperarse, hacia el interés de los clubes. Los propios seleccionadores nacionales se autolimitan en las convocatorias para no desgastar tanto al jugador. Ante estos obstáculos, deberían sacar el máximo provecho de las fechas de amistosos FIFA. Argentina no lo hizo. Las selecciones sudamericanas necesitan mantenerse fogueadas compitiendo con los europeos, cosa que el extenso calendario de las eliminatorias de CONMEBOL les dificulta. En contraposición a este panorama, los integrantes de la selección germana juegan todos en su propio país; si bien es cierto que la tensión selección-clubes también existe, no es la misma. Hay quienes dicen que hace por lo menos un año que en Alemania tienen la Jabulani, que Adidas desarrolló y fabrica allí, pero no quiero caer en explicaciones que no puedo confirmar y suenan a excusas llorosas.

Con todo esto, tenemos que aceptar que mantener nuestro nivel histórico de top-8 es un buen logro, sólo menoscabado por la goleada que recibimos en la despedida. Como no podemos volver a 1930, para subir a niveles más selectos seguiremos necesitando de condiciones excepcionales, como lo fueron la localía en el 78 (de paso recordemos que al 78 se llegó tras un par de años en que estuvo prohibida la transferencia de jugadores al exterior) o el tener a Maradona en el 86 y el 90. La condición excepcional de este 2010 fue contar con un puñado de los mejores delanteros del mundo en un momento cumbre de sus carreras, y no alcanzó. Al menos, no alcanzó con lo que se hizo en torno a ellos. Bueno, los acontecimientos obligan a pasar a otra cosa. Pasando a otra cosa:
¡¡Fuerza Uruguay!! ... Y a mirar la Copa Davis.
Volver al sitio de El Transbordador.

viernes, 2 de julio de 2010

La encrucijada

por Toto Imperatore
A medida que los caminos del Mundial se estrechan, los que pasan tienden a ser los viejos conocidos. Sin embargo, esta vez hay dos recién llegados al grupo de los 8 mejores: Ghana y Paraguay. Son las cenicientas de los cuartos de final, en los papeles candidatos a ser eliminados, respectivamente, por Uruguay y España.

Si bien Ghana accede a esta instancia por primera vez, es la tercera que un representante de África lo hace, lo que ratifica la evolución del fútbol de este continente. A los países africanos todavía les falta mucho, futbolísticamente hablando, pero quieren dejar marcado como propio el pequeño territorio conquistado. Contra los pronósticos, Ghana apuesta a hacer valer lo suyo: su buen juego, que combina aptitud atlética y destrezas técnicas, y un par de individualidades descollantes. Esta vez Ayew, el veinteañero que fue su conductor contra Estados Unidos, estará suspendido por haber acumulado dos amarillas.

Al menos en los números, Sudamérica domina los cuartos de final del actual torneo con 4 clasificados; pero Paraguay tiene una historia mundialista desproporcionadamente modesta en relación a la de sus tres vecinos pluricampeones. A Paraguay parece habérsele cerrado el arco rival. Lleva 210 minutos sin convertir y, si bien 120 de ellos se los consumió Japón con una pareja de centrales y un arquero de lo mejor del Mundial, no hay duda que la falta de gol y la dificultad para generar juego son sus déficits. Confían en que su impenetrabilidad defensiva sea una carta de triunfo contra los españoles. Se ilusionan con que la moral española se vaya deteriorando si no consiguen establecer diferencia en el tanteador, y que Haedo Valdez, si entra desde el arranque, sea capaz de fabricar y aprovechar alguna ocasión de gol.

Excluidas las cenicientas, quedan seis equipos. Mi razonamiento se inclina por Brasil como candidato número 1 al título. No parece haber forma de vulnerar al "scratch", está muy sólido del medio hacia atrás, hasta el arco inclusive. Ninguno de sus cuatro rivales de este Mundial lo puso en peligro, y no es fácil imaginarse cómo alguno lo hará. Si eso fuera lo que parece, entonces Brasil tiene 90 minutos por partido para generar algo y, eso es mucho tiempo como para que de los talentos de Kaká y Robinho no salga algo, aunque ellos no estén en la cúspide de su rendimiento. Y si no, está Luiz Fabiano adelante, la proyección de los laterales que llegan bien arriba con capacidad de resolución y definición, el aporte de Elano cuando entra, la subida de los centrales. Y esa capacidad brasileña para usar los espacios, ahora en proyecciones a gran velocidad, para obligar a los defensores rivales a cruzarse y abrir callejones hacia el arco rival. No hace falta que lo hagan muchas veces, con unas pocas por partido les ha alcanzado hasta ahora.

Como candidato número 2 lo pongo a Alemania. La gran incertidumbre con respecto a su futuro en la Copa es que mañana enfrenta a Argentina, y el nivel de un equipo en relación a otro no puede medirse más que en la confrontación directa. Alemania es capaz de desplegar a sus delanteros en velocidad para aprovechar los espacios y desorganizar las defensas rivales. Algo parecido a lo que dije respecto de Brasil, sólo que los germanos son todavía más contragolpeadores. Su gran velocidad para pasar de defensa (o de retención defensiva de pelota) a ataque es lo que la hace candidata. Pero de Alemania se ha ocupado mi amigo Andrés Garofalo en otra nota. Yo no lo haré porque ahora estoy corriendo contra reloj con los partidos de hoy.
Volver al sitio de El Transbordador.

Paradójicamente, para mí el candidato número 3 es Argentina. Influye mi corazón, pero también la convicción de que Argentina puede hacer lo impredecible, porque es la resultante del desempeño de sus individualidades. Con más razón ahora que las declaraciones de Maradona y lo visto en los entrenamientos sugieren que mañana el DT pondrá en cancha la misma alineación que jugó contra México: eso significa que los cambios en el funcionamiento sólo podrán provenir de cambios en las performances individuales de los mismos actores. Al fin y al cabo, si reciben juego sus delanteros pueden alcanzar un nivel altísimo y generar lo impensado. No por nada los alemanes se dedican a la guerra psicológica a través de las declaraciones: como interpretaron Diego y sus jugadores, es señal de que temen. Si Argentina encuentra el equipo para ganarle a Alemania, estará muy fuerte para los siguientes dos pasos.

Para las candidaturas número 4 a 6, no encuentro diferencias para inclinarme por Uruguay, España u Holanda. Cualquier ranking es igual para mí. Cada uno de los dos primeros juega con su respectiva cenicienta, y a priori eso es una ventaja.

Uruguay tiene con qué aspirar a más, juega a la uruguaya, ha mostrado personalidad, tiene una defensa firme y encontró a partir de su segundo partido un funcionamiento ofensivo que no le ha proporcionado un gran número de opciones pero sí le dio respuestas cuando las necesitó. En cuanto a juego y tenencia de pelota, lo mejor se vio contra la débil Sudáfrica, antes y después no mostró mucho.

España debería ser candidato por juego, especialmente si consigue apuntalar su presencia ofensiva con más participantes que resuelvan acertadamente para no depender exclusivamente de Villa, que está haciendo un gran Mundial, en la definición. Pese a su capacidad de crear juego, en general no ha sabido consolidar su dominio hasta abrir el marcador, cosa que contra Suiza no consiguieron y contra Chile y Portugal les resultó arduo, como seguramente lo será ante los paraguayos. En defensa no sé, contra Portugal pareció frágil. Si supera a Paraguay, la esperan una nueva dificultad: Argentina o Alemania.

Holanda no es un candidato despreciable, en absoluto. Tiene un fútbol simplificado y efectivo, con algo de aquel manejo de los grandes vacíos sobre cualquier eje (hacia adelante, hacia atrás, de banda a banda, en las diagonales) y a distintas distancias que tenía la naranja mecánica de los buenos tiempos. Una reminiscencia apenas, tampoco exageremos, pero algo tiene. Lo tiene a Robben, que se muestra bastante recuperado de sus problemas físicos. Ganó todo lo que jugó, igual que Argentina, pero a diferencia de ésta lo hizo casi siempre por marcadores apretados. Aunque visualmente sus triunfos no parecieron estar comprometidos, dio oportunidades a sus rivales. Su principal problema es que ahora, en un ratito nomás, enfrenta a Brasil. Si supera este paso, también tomaría un impulso grandísimo.

Mis pronósticos para semifinales son Brasil-Uruguay y Argentina-España. Argentina lo pongo con el corazón. Con el corazón también podría poner a Paraguay, pero mi lógica se resiste. Con Paraguay también en semifinales, el Mundial se parecería a la Copa América: Sudamérica al tope, y para Blatter... la frasesita de Maradona.
Volver al sitio de El Transbordador.

martes, 29 de junio de 2010

Pronóstico abierto

por Andrés Garofalo desde Italia
Yo también estoy bastante preocupado. Porque a pesar del gol inglés negado (¿qué habría pasado si se hubieran puesto 2-2?... no lo sabremos nunca) vi de nuevo un gran equipo alemán. Creo que es la mejor Alemania desde el 1974. Ha completado el cambio generacional y formado un equipo de "no alemanes" con solidez germánica, una técnica casi sudamericana y un ataque contundente en velocidad.

Y la Argentina, a pesar del resultado positivo, dio medio pasito para atrás.

En Italia una actuación así la consideran positivamente una victoria del cinismo futbolero. De estas mentiras los que vivimos por estos pagos estamos cansados y es también por estas cosas que saludamos la eliminación prematura de la escuadra italiana esperando que sea la ocasión para empezar de nuevo. Pero en este momento la decadencia Azzurra es la imagen del país y también los dirigentes como los polìticos tienen una gran capacidad para el reciclo.

Volviendo a Dieguito & Cia, el partido se puede ganar; lo veo abierto a cualquier resultado. Sólo que no se podrá equivocar en nada, tendrá que hacer el partido perfecto. Mi miedo principal es la defensa, con un Demichelis que sin dudas no está a la altura de las circunstancias, parece como si la cosa le quedara grande. Me inclino por una linea de 4 con Burdisso-Samuel centrales.

Un aspecto positivo es que adelante crean siempre mucho, pero para ganar será necesaria mucha personalidad y una gran atenciòn al contragolpe. Ya lo dijo alguien y estoy totalmente de acuerdo que un eventual ingreso en el equipo de Pastore sería importante. Para tener de este modo más la pelota y ofrecer a Messi una oportunidad constante de diálogo.

Siempre pensé que la Argentina tiene que estar entre los mejores ocho y esto está cumplido; pasar a cuartos es como eximirse. Ahora viene lo mas difícil y esperemos que se pueda dar otro pasito más. Porque creo que eliminando a Alemania se debería adquirir definitivamente la fuerza de equipo para afrontar las próximas batallas.

Si así no fuera, pasada la desilusión, se podrá ver el futuro con confianza ya que hay tantos jóvenes como para armar algo todavía mejor.

Volver al sitio de El Transbordador.

lunes, 28 de junio de 2010

3-1, alegrías y dilemas

por Toto Imperatore
A menos que uno sea imparcial, conviene volver a ver los partidos ya con el resultado puesto, para tener una medida más reflexiva de lo que realmente pasó. México arrancó mejor que Argentina, pero Argentina también propuso. Eso sí, Mèxico tuvo las más claras al comienzo (Salcido desde lejos en el travesaño, remates de Hernández y Guardado junto a los postes). Argentina obligaba al fondo rival a esforzarse, pero no llegaba con igual nitidez. A falta de un volante de creación definido, Messi debía partir desde el círculo central o incluso desde más atrás, y los mexicanos lo venían a encimar aun en campo argentino. La rotación de los de arriba se trababa porque México se multiplicaba: apretaba a Di Maria y Maxi contra sus rayas con pressing frontal y lateral, en tanto trataba de aprisionar a Higuain, Messi y Tévez en sus carriles. Carlitos fue quien más los inquietó, porque en la lucha se mueve como pez en el agua, crea confusión pero en cuanto consigue desprenderse es vivo, rápido y agresivo. De vuelta de los ataques argentinos, México disponía de una zona en el medio campo para distribuir la pelota y generar su propia ofensiva.

A los 26 minutos el partido se había emparejado. Burdisso salió hasta la línea de mitad de cancha, esa zona neutral donde Rafa Márquez y Torrado manejaban los hilos de su equipo, para ganar de cabeza una pelota aérea mexicana. Inmediatamente Messi la profundizó para Tévez y obligó al Conejo Pérez a jugarse a los pies de éste; el propio Messi tomó el rebote y lo levantó hacia el arco, y Carlitos la peinó al gol. Después vimos que Tévez estaba netamente en offside, disimulado en parte porque casi en el acto los dos defensores que regresaban lo sobrepasaron. Pero al línea no debió habérsele escapado. Lo importante es saber que la jugada que rompió el planteo mexicano no fue la concreción de Tévez, en este caso en posición no válida, sino el anticipo de Burdisso, mezcla de rechazo y de bajada frontal de cabeza hacia los pies de Messi. Esa acción simplificó a dos pases un progreso ofensivo que a Argentina le estaba costando por otras vías, debido al trabajo de obstrucción del rival. Estas simplificaciones son esenciales en el fútbol, y hay que saber usarlas: no es para meter miedo, pero el próximo rival de Argentina, Alemania, lo hace con frecuencia y muy bien.

Con México alterado por el error arbitral, Argentina fue más hasta el final de la etapa. A los 33, Osorio controló mal una pelota que los aztecas movían en el fondo, e Higuain se la llevó en el borde del área para convertir con una definición bárbara: pisada para atraerla hacia sí entre el arquero y el defensor que lo perseguía, gambeta corta al arquero y toque al gol. A los 42 un centro aéreo de Otamendi desde la derecha cruzó velozmente el área e Higuain la desvió afuera de cabeza junto al palo opuesto.

México se serenó en el descanso y otra vez se plantó mejor al comienzo del segundo tiempo, pero Argentina no tardó en asestarle el tercer golpe. A los 7 minutos, un pase de Tévez a Di Maria rebotó en los defensores mexicanos y volvió al propio Carlos, quien desplazó el balón hacia su derecha para hacerse espacio y, sin aviso, sacó un cañonazo desde afuera del área al ángulo izquierdo del arquero. Por el remate, golazo. Sin embargo se trató de una maniobra ofensiva aislada de Argentina. En ese tramo del encuentro México dispuso de la pelota y atacó con distinta suerte. Su peligrosidad fue creciendo con el correr de los minutos y para Maradona era imprescindible probar algún cambio. Postergó la decisión hasta los 24 minutos, cuando sustituyó a Tévez por Verón.

El dilema de Diego era: poner defensores y volantes de contención para fortalecerse atrás y en el medio y aguantar el resultado, suficientemente holgado, o poner volantes de manejo para procurar tener la pelota. Para la primera opción, los defensores que tenía en el banco eran redundantes con los que estaban en cancha. Y volantes de contención puros no trajo, quienes pueden hacer ese trabajo tienen un componente ofensivo importante, tanto los que estaban en cancha como los posibles reemplazantes. Fiel a sus convicciones, Diego tomó la segunda opción: tener la pelota. Para eso contaba en primer lugar con Verón y en segundo lugar con Pastore. Los candidatos a salir eran Di Maria, Maxi e Higuain, pero los dos volantes laterales estaban ayudando en la defensa de sus respectivas franjas, que México usó intensamente con Salcido, Guardado (salió cuando ingresó Franco) y después Barrera por izquierda y con Dos Santos y Juárez por derecha. Pero al entrar Verón no debió salir Tévez: Argentina extrañó a su hombre más gravitante arriba y, a pesar del intento, no ganó en posesión de pelota. México se le siguió viniendo, forzó despejes angustiosos de los defensores argentinos, y marcó el descuento. Tampoco modificó mucho, a partir de los 34, el cambio de Jonás por Di Maria. Por último Pastore jugó apenas 6 minutos, con descuento incluido, en reemplazo de Maxi. Por entonces México denotaba el desgaste y ya no amenazaba. En tiempo de descuento, apareció Messi para terminar una sucesión de gambetas de su sello con un remate que el arquero Pérez sacó por sobre el travesaño. De los cuatro partidos que lleva en el Mundial, fue éste en el que Messi menos gravitó. Hay que reconocer que su rendimiento es inversamente proporcional a la longitud del recorrido que debe hacer hasta llegar a zona de definición.

Más allá del resultado, el desempeño argentino reinstaló algunas dudas. Por primera vez en el mundial, un rival consiguió desarmar la peligrosidad de los delanteros argentinos durante buena parte del encuentro. Es cierto que no los anuló totalmente. El peligro estuvo latente y tanto los goles como otras ocasiones que provocó Argentina son prueba de contundencia. También es cierto que a México le costó un esfuerzo extraordinario, y que por momentos apeló a las faltas reiteradas sobre Messi como recurso, para lo cual contó con la tolerancia del árbirtro. En el total del partido, Argentina superó a México en posesión de pelota, pero México remató más veces al arco. Reaparecieron los indicios de que algo no termina de funcionar en el medio argentino, y no está claro que Diego tenga las respuestas necesarias dentro del plantel.

Frente a Alemania, Argentina rendirá un examen durísimo. Estará puesta a prueba la reacción de sus defensores ante un equipo que pasa de defensa a ataque con increible velocidad. Las fallas que de tanto en tanto comete Demichelis, y que hasta ahora han tenido consecuencias sólo frente a Surcorea, pueden ser de alto riesgo ante la efectividad de Klose y Podolski, los delanteros históricos alemanes, y el criterio oportunista del juvenil Müller. Estará en juego la capacidad de Argentina para tener la pelota, y para recuperarla ante un rival al que, en una aparente mutación de la idiosincracia germana, también le gusta circularla en zona segura. Los huecos en el medio argentino pueden ser peligrosamente aprovechados por el talentoso turquito Özil y el potente Schweinsteiger. No pierdo el optimismo, porque sigo creyendo en el principal argumento de Argentina, su poder ofensivo, y porque tengo la ilusión de que Diego y sus colaboradores encuentren respuestas a las incertidumbres que aún se mantienen. Pero no puedo negar que algo precupado estoy.

miércoles, 23 de junio de 2010

Pálpitos a 1/2 camino

Argentina ganó su zona (el grupo B) con puntaje perfecto, algo que a esta altura sólo Brasil, Holanda y Chile podrían empardar. Pero eso no significa nada: no da ningún título para el próximo partido que es a cara o cruz. Intuyo que, en términos futbolísticos, Argentina es claramente más que México, su rival en octavos. Es óptimo que Argentina haya sido capaz de resolver el partido contra Grecia, por si acaso a México se le ocurre un planteo similar. Sin embargo este México viene demostrando una mayor intención ofensiva, aunque sospecho que en el balance es decididamente menos que el de Lavolpe del 2006. No es un tan duro, es más vulnerable que aquél. Quiero creer que Argentina es más que la de entonces.

Aparte de Argentina, son precisamente Brasil y Holanda lo mejor que se vio hasta ahora en el torneo: no brillaron pero fueron categóricos. Sobre todo Brasil, un equipo que da la impresión de tener argumentos para resolver cualquier partido. Por su parte, Uruguay es un equipo equilibrado, juega a la uruguaya, a tener la pelota sin prisa, a raspar cuando hace falta para que el rival no crezca, tiene personalidad y, adelante, tiene a Cavani para acertar con jugadas y asistencias que Forlan o Suárez transformen en gol. Ganó con autoridad el grupo A y va contra Corea del Sur en octavos.

Los demás aparecen muy mezclados en la tabla de merecimientos, cuando los restantes grupos aún deben completar la última fecha. A Estados Unidos, despojado ante Eslovenia de un gol que le hubiera dado el triunfo, se lo ve en evolución. Tiene la chance de clasificarse si vence a Argelia, el rival más débil del grupo C, mientras que Inglaterra y Eslovenia prácticamente deben eliminarse entre sí (el empate favorecería a los eslovenos). Los ingleses no pueden lograr que sus estrellas Rooney, Lampard y Gerard se asocien provechosamente; ganar ahora es la prueba de suficiencia que se les exige para dar algún fundamento a sus pretensiones en esta Copa.  De las escuadras africanas, Ghana es la que mejor anduvo y por ahora lidera el grupo D, pero se enfrentará con Alemania que necesita imperiosamente el triunfo tras haber causado sensación en el debut y caído más tarde, sin defraudar, ante Serbia (otra que también necesita ganar). Japón y Dinamarca se enfrentan para ver quién acompaña a Holanda, clasificada en el grupo E. El Paraguay del Tata Martino exhibe un proyecto serio y, con su empate ante Italia y su buen triunfo ante Eslovaquia, lidera el grupo F, en el cual nada está definido e Italia sufre. Los tanos insinuaron algunas buenas intenciones frente a los guaraníes, pero contra Nueva Zelanda desnudaron su orfandad de fúbol y su carencia de jugadores capaces de resolver un partido.

Portugal es el candidato para acompañar a los brasileños aun cuando pierda con ellos en la última fecha del grupo G, porque tiene a su favor la goleada que le zampó a Corea del Norte (7-0). Los asiáticos no fueron medida; sin embargo son los mismos que cayeron ante Brasil por un solo gol de diferencia. Contra los lusos, Norcorea se derrumbó cuando empezaron a lloverle los goles. Chile es otro proyecto sólido, ganó merecidamente los dos partidos que jugó hasta ahora en el grupo H pero apenas marcó dos goles, por lo que una eventual derrota frente a España lo pondría en riesgo de que no sólo los ibéricos sino también los suizos lo desplacen, si éstos derrotan a la débil Honduras. El fantasma de la eliminación en primera ronda vuelve a acechar a Bielsa. España generó más fútbol y ocasiones de gol que lo que sugiere su cosecha de 3 puntos y 2 goles en 2 partidos; tiene la oportunidad de rehabilitarse frente a Chile. Suiza hizo ante España y Chile lo que Grecia frente a Argentina, con apenas un poquito más de pretensiones, en un caso le fue bien y en otro mal, pero llega a la definición del grupo con chances.

Dio pena depedir a Sudáfrica, porque son los locales y es la primera vez que el país organizador de un mundial no llega a octavos, porque la historia y la bonhomía de su pueblo despiertan simpatía y porque, la verdad, tuvieron oportunidades frente a México en el empate inaugural y ayer superaron a Francia con nitidez. Su condena fue haber perdido con Uruguay por tres goles, mérito absoluto de la celeste.

En el plano individual, Messi sobresale como el único jugador absolutamente determinante que hay en el torneo. Por ahora no se ve quién pueda hacerle sombra. Kaká fue mucho más en el partido de Brasil contra los marfileños que antes contra Norcorea, pero se ve que no está totalmente recuperado y se perderá el próximo encuentro tras una expulsión absurdamente injusta. Cristiano Ronaldo estuvo egoísta y quisquilloso y no aportó mucho hasta que Portugal se puso 3-0 contra Corea del Norte. Recién ahí apareció con asistencias certeras y completó una buena actuación con un gol que no festejó mucho, tal vez porque no le pareció suficientemetne vistoso. El resto son buenas actuaciones aisladas: Meireles en Portugal, Villa en España y, bueno, algunos brasileños como Maicon, Elano y Robinho.
Volver al sitio de El Transbordador.

2-0 y a octavos

por Toto Imperatore
Me gustó la versión de Argentina que le ganó 2-0 a Grecia. Es más clásica que la de los partidos anteriores, pero le faltó arriba el vértigo desenfrenado de Messi-Tévez-Higuain. Claro, también hay que ver cómo le jugó Grecia: fue el más defensivo de los rivales que Argentina tuvo hasta ahora, más que Surcorea (lo cual ya es mucho decir) y mucho más que Nigeria. Dejó arriba únicamente al meritorio Samaras, un grandote que a pesar de su soledad supo arrimarle algunas preocupaciones a la zaga argentina.

El planteo griego provocó que el equipo argentino se concentrara en 30 metros de terreno: los defensores se adelantaban ante la ausencia de rivales y los delanteros Messi-Agüero-Milito retrocedían para salir del amontonamiento del fondo contrario. Se hizo difícil penetrar. Diego se preocupó de que el equipo se mantuviera ancho para intentar por las bandas. La proyección de Clemente Rodríguez fue su carta por la izquierda (funcionó el tándem con Di María cuando éste entró por Maxi a los 18 del complemento), mientras que por la derecha Otamendi progresaba hasta el mediocampo y adelante Maxi y por momentos Messi explotaban esa franja. Verón jugó un gran partido y, por si a alguien le quedaban dudas, demostró para qué sirve un volante de sus características. La pelota pasó por él; sus pases incisivos tanto por derecha como por izquierda fueron la primera instancia de acelereción en ataque. Las ocasiones de gol se espaciaron más que en los encuentros anteriores. Agüero de arranque, Verón y Messi en la media distancia y Maxi aportaron las suyas y obligaron a destacadas intervenciones del arquero Tzorbas. Agüero mostró peligrosidad al principio, con el correr de los minutos se le fue complicando. Milito chocó bastante, él necesita más espacios para moverse que los chiquititos habilidosos.

El partido se definió en el segundo tiempo. De entrada, un resbalón de Demichelis dejó a Samaras uno a uno con Burdisso y el remate cruzado del griego se fue por poco. Pero Argentina controlaba la pelota y seguía generando ocasiones, aunque fueran de tanto en tanto. A la media hora, Maradona buscó más creación en el medio con Pastore en lugar de Agüero. A los 32 llegó el gol, por corner de Verón que Demichelis remató dos veces, primero de cabeza y después con el pie tras rebote en Milito. El zaguero del Bayern se reivindicó; dio prueba, como en otros partidos lo hicieron Heinze, Samuel y Burdisso, de que los defensores argentinos no van al área contraria a pasear. Después Argentina le puso toque, y Messi terminó un par de jugadas electrizantes suyas con sendos remates potentes: uno dio en un poste y el otro, rechazado con esfuerzo por el arquero, fue definido categóricamente por el legendario Palermo (entró por Milito a los 35 del segundo tiempo).
Volver al sitio de El Transbordador.

En general todos anduvieron bien, y justificaron la confianza de Diego. Otamendi, Bolatti y Pastore mostraron su joven madurez. Pertenecen a esa nueva generación de jugadores argentinos que, sin haber pasado por las selecciones juveniles, evolucionaron tempranamente al ser promovidos a primera en el medio local. Clemente es firme, veloz y punzante. La presencia de Palermo insinuó todo lo que puede exigir por arriba un 9 de sus características. Messi, que toda su vida fue media punta definido, está creciendo en una función de enganche-media punta en la que antes se desdibujaba; el gol ya le llegará. Todos ellos le ofrecen a Diego un amplio menú de variantes de cual el DT podrá elegir su fórmula partido a partido.

Como dije en una nota anterior, Diego es un presentista absoluto y le gusta decidir en el momento. El hecho de pensar (y vivir) de esa manera tiene desventajas por el lado del aprendizaje y otros procesos grupales acumulativos. Pero también tiene sus ventajas: le permite pensar cada partido, e incluso los cambios dentro del partido, sin preconcepto alguno. A pura intuición, y también según la percepción de lo que está pasando en el partido. Ojo, no estoy haciendo una defensa a ultranza de la improvisación. Tampoco estoy insinuando que el cuerpo técnico Maradona-Mancuso-Enrique no trabaja. Preparar cosas de antemano está bien, es indispensable. Debo reconocer que si yo estuviera en el lugar de Maradona trataría obsesivamente de anticipar las situaciones que podrían presentarse, tantas como alcanzara a imaginarme, y de buscarles respuesta. Pero eso tampoco te da garantías. Si la preparación minuciosa fuera la solución, estaríamos perdidos: los Mundiales los ganarían siempre los alemanes. El postulado de Maradona es que todavía queda lugar para la repentización, la inspiración y la creatividad, y el fútbol se lo agradece.

El otro gran principio de Maradona es que los jugadores te dan las ventajas diferenciadoras en función de las cuales se arma después el equipo. Supongamos que en el potrero ganás el paniqueso y tenés a todos los jugadores del mundo para elegir, ¿con quien te quedarías primero? Un año y medio atrás yo hubiera seguido el consejo de mi hijo y hubiera elegido a Xavi, aun a riesgo de que el contrincante eligiera a Messi y yo tuviera que buscarme otro delantero. Hoy, en cambio, al primero que elegiría sería a Messi, y pensaría bueno, que el otro se lleve a Xavi y yo me buscaré el segundo mejor para la función de éste, porque el que realmente hace la diferencia es Messi. Eso ha hecho Maradona: él no tenía a todos los jugadores del mundo para elegir sino a los argentinos, y se quedó primero con los que hacen la diferencia. Recién entonces se puso a pensar en el sistema. De última, si a cada paso que das en un Mundial te podés caer, caigamos libres apostando a la fantasía y no prisioneros de cálculos restricitivos.
Volver al sitio de El Transbordador.

domingo, 20 de junio de 2010

Liderazgo participativo

por Toto Imperatore
Acostumbrados a que nos muestren a Maradona como un bocón desaforado que ni se calla nada ni repara en la forma en que dice lo que dice, capaz que el primer calificativo que nos viene a la cabeza es "arrogante". Sin embargo, como entrenador, Diego es humilde. Lo demostró al finalizar las eliminatorias, cuando agradeció a sus jugadores el haberlo revalidado como técnico. Diego sigue sintiéndose jugador, de manera que la identificación con sus dirigidos es absoluta. Su mensaje a Messi es que quiere ser superado por él. Escucha a todos sus hombres, a sus colaboradores del cuerpo técnico y a los miembros de su plantel, y es capaz de asimilar los aportes que recibe de ellos. Debate con Mancuso y Enrique; los tres piensan colectivamente las decisiones. No se avergüenza de hacer suya la propuesta de otro. Habla con sus jugadores y éstos hablan con él. El diálogo con Verón es frecuente durante el partido, sea que el volante de Estudiantes esté en la cancha o en el banco. Maradona se refiere a los entrenamientos como a instancias de elaboración colectiva: dice "lo hablamos", "lo vimos", "lo preparamos" en lugar de "les dije", "les expliqué" o "les hice practicar".

Diego delega en sus jugadores decisiones que hacen a la resolución concreta. Al armar el plantel priorizó en los defensores la experiencia por sobre la juventud y la velocidad. Heinze, Samuel, Demichelis, Burdisso cuando le toca entrar, deliberan y toman decisiones en la cancha. En esos cónclaves en el terreno tiene participación destacada Mascherano, quien además habla permanentemente durante el juego y se comunica con los compañeros a sus espaldas y a su frente para ordenarlos. En las jugadas con pelota detenida también hay rápidos intercambios en los que se escoge qué hacer. Deliberación no quiere decir dilación ni dudas. Hay entre todos ellos sólidas relaciones de respeto mutuo que hacen que esos procesos converjan rápidamente hacia decisiones útiles.

Maradona ha inaugurado un estilo de conducción que se aparta de la modalidad de método y obediencia de la mayoría de los entrenadores. Un liderazgo participativo. No sólo parece resultar efectivo, sino que que a Diego se lo ve feliz así, y a los jugadores también. ¿Cuánto vale la felicidad?
Volver al sitio de El Transbordador.

4-1 y cerquita

por Toto Imperatore
Cuando las cosas salen bien, los comentarios sobran. Argentina goleó a Corea del Sur 4-1. Fue convincente frente al rival a priori más difícil del grupo y, con puntaje perfecto, está a las puertas de la clasificación.

La contractura de Verón ayudó a Maradona a tomar una decisión que en otras circunstancias hubiera sido difícil. Con Verón en cancha, Argentina tiene un hombre importante para el armado, para retener la pelota y para manejar los tiempos, Messi no necesita bajar tanto para buscarla y llega más picante y más a menudo al área contraria. Así fue contra Nigeria, sobre todo en el primer tiempo. Sin Verón y con Maxi, Argentina tiene más aporte en la contención por el lado derecho, Jonás puede concentrarse en el trabajo defensivo, Tévez no tiene que entreverarse tanto en la lucha en el medio y puede ser más claro como delantero, Messi tiene que bajar más y hacer un recorrido más largo, lo que puede ir en contra de su efectividad en el final de la jugada, y arriba todo tiene mucho vértigo y poca pausa.

Sin Verón y con Maxi
Argentina empezó siendo superior a los surcoreanos, que se plantaron de contraataque y multiplicaron la vigilancia sobre Messi. Eran aplicados, pero la diferencia estaba en lo que podía generar cada equipo de mitad de cancha hacia adelante. Los asiáticos corrían y provocaban la competencia física, los argentinos combinaban con destreza en velocidad y desplegaban mucha gente en ataque. En comparación al partido anterior, llamaba la atención lo enchufado que estaba Di María, el buen criterio con el que se movía Maxi, la gravitación que empezaba a tener Tévez en la ofensiva. Sin embargo durante el primer cuarto de hora, salvo un disparo de Higuain, no pasó demasiado. El gol llegó a los 16, de un tiro libre desde la izquierda por falta a Di María. Masche se quedó de último hombre relevando a todos y Argentina mandó tres zagueros al área rival, como hace casi siempre en las pelotas paradas para compensar el deficit de altura de sus atacantes. No sé si podrán repetir este recurso contra rivales fuertes en el juego aéreo, esos que tienen lungos en las dos áreas, pero hasta aquí funcionó. El centro de Messi fue a la esquina más cercana del área chica, sobró limpiamente al primer defensor coreano y después, ya bajando, a Demichelis; detrás de éste Park, sorprendido, se llevó la pelota por delante y marcó en contra.

A los 22 Burdisso ingresó por Samuel, contracturado. Tévez, de muy buen primer tiempo, probó un par de veces de media distancia; parece que le va agarrando la mano a la Jabulani más rápido que otros y un tiro libre suyo se fue pegadito al travesaño. Argentina aumentó a los 32, también de pelota detenida y por jugada preparada. Carlitos se comió a dos coreanos sobre la izquierda y le hicieron falta. En la ejecución tocaron Messi y Maxi, éste la mandó al área; cerca de la comisura de la media luna Burdisso, saliendo, la cabeceó de espaldas hacia el segundo palo donde Higuain, también de cabeza, la mandó adentro. Aquí el Pipita hizo notar su capacidad para ubicarse en el área y para manejarse al límite del offside. Después hubo remates sucesivos de Higuaín y Di María en una misma jugada, defendidos ambos por el golero Jung. Messi limpió rivales con gambeta fantástica y al picarla no la agarró bastante de abajo: se le fue cerca del palo izquierdo del arquero. Argentina merecía más y parecía que jugaba a su antojo, pero a los 45 una grosera falla de Demichelis posibilitó el descuento surcoreano.
Volver al sitio de El Transbordador.

Uf, sentí que se complicaba
Al comenzar el complemento Corea del Sur se sintió a tiro de empate y presionó un poco más adelante. En la conferencia de prensa Maradona prefirió negar que a Argentina le hubiera agarrado un bajón, capaz que para no cargar las culpas sobre Demichelis. A la noche vi la repetición del partido y me di cuenta de que la cosa no fue tan dramática, no se puede decir que Corea superó a Argentina en ese tramo: de entrada el arquero le sacó el tercero a Higuain, después hubo un buen disparo de media distancia de Tévez que Jung desvió cerca del piso. Pero bajón hubo, duró hasta el tercer gol argentino, y en vivo y en directo dio un poco de miedo. Los delanteros argentinos comenzaron a diluirse. Tévez se perdía en el forcejeo, Messi bajaba más y su escalada era más larga y accidentada, la rotación de Higuain, Di Maria y Maxi perdía claridad. Un contraataque coreano pudo haber sido el empate, pero a mí me quedó en la retina el velocísimo y exacto achique de Sergio Romero que forzó a Kihun a patear afuera. Esa intervención y otra en que el arquero argentino anticipó con las manos un pelotazo en el límite del área y después se tiró afuera del área a rechazar con los pies son prueba de que Romero está en un nivel superlativo.

Diego redobla la apuesta
Cuando parecía que se ponía difícil, en lugar de reforzar la defensa Diego mandó a la cancha a Agüero por Tévez, a los 30 del complemento. Es decir, aceptó sacrificar la cuota que Carlitos aporta a la lucha a cambio de reponer la pólvora del ataque argentino. Por supuesto que en la tele algunos sabelotodos ya pedían defensores, defensores y más defensores. En cambio, Diego subordinó de nuevo la táctica a la estrategia, y acertó.

El Kun, fresco, muy veloz, formó enseguida un tándem con Messi para surcar el campo rival y liquidar el partido en 6 minutos. A los 32 Argentina volvió a anotar: Messi y Agüero partieron desde el círculo central, en campo propio, y combinaron en velocidad hasta que el Botín de Oro de Europa, casi llegando al fondo, lanzó dos disparos consecutivos: el primero dio en el pie del arquero y el segundo en la base del palo; Higuain que entraba por el medio recogió el rebote y la empujó adentro. El Pipita estuvo en offside por un instante cuando Messi remató por segunda vez, pero en la rapidez de la maniobra ni el juez ni el línea lo advirtieron. El ánimo de los surcoreanos acusó el impacto. El cuarto gol llegó a los 36, en una jugada lucida de Agüero quien, tras combinar con Higuain y Messi, tiró centro a la carrera desde la izquierda con el revés del pie derecho para que el Pipita, que entraba por el otro lado, cruzara la pelota hacia el contrapie del arquero con impecable cabezazo de pique al suelo. El más lindo de Argentina y uno de los más lindos vistos hasta ahora en el Mundial.

Argentina (6 y +4) no se clasificó todavía, porque a continuación Grecia le ganó a Nigeria. Pero sólo podría quedar afuera si pierde por tres goles con Grecia (3 y -1), y al mismo tiempo Corea del Sur (3 y -1) le gana por igual diferencia a Nigeria (0 y -2). La única esperanza para los africanos es que Argentina le gane a Grecia y ganarle ellos a Corea del Sur. Aun perdiendo, Argentina tiene una alta probabilidad de quedar primera en el grupo. Su rival en octavos vendrá del grupo en el que Uruguay y México pintan como candidatos. Ante Grecia, Argentina hará cambios para cuidar el físico de varios jugadores, para proteger a otros de las tarjetas amarillas, y para que Jonás cumpla la suspensión por segunda amarilla.
Volver al sitio de El Transbordador.

miércoles, 16 de junio de 2010

Se cerró una fecha

por Toto Imperatore
No se me mal acostumbren... no voy a hacer comentarios previos antes de cada fecha mundialista. Esta vez lo hago sólo porque, habiendo ya jugado todos los equipos, hay algunos aspectos de mis comentarios anteriores que vale la pena revisar. Recién, en otra nota, comenté cuánto puede haber influido la antojadiza pelota Jabulani en cosas que pasaron en varios partidos, incluida la imprecisión para definir de los delanteros argentinos.

Brasil calienta motores
El lateral brasileño Maicon, en cambio, llegó al fondo por derecha y no tuvo problemas en poner la pelota donde quiso: en el primer palo que el arquero norcoreano le obsequiaba. Un par de comentaristas afirmaron por TV que quiso tirar centro y, desde un ángulo cerradísimo, le salió al arco. Yo, en cambio, les creo a Quique Wolf y el Mago Capria, que jugaron al fútbol en serio y que, contrariamente, opinaron que Maicon pateó al arco. Vi la jugada varias veces en distintos canales, antes de irme a dormir. Se nota cómo el disparo dobla hacia la línea de gol. Cómo lo hizo no se ve tan claro, pero el pie derecho de Maicon le entra al balón como de puntín, por el medio y un poco más abajo del centro, y probablemente ahí en el contacto consigue la ligera inclinación hacia el "tres dedos" que provoca la comba. Después, cuando la pelota ya viaja hacia el arco, afloja el pie y termina abriéndolo hacia afuera. Quizás sea ese final del movimiento lo que indujo al error a los porfiados comentaristas, porque sugiere el efecto contrario, el de la pelota doblando hacia el área y no hacia el arco. Maicon no se merece que duden de él... ¡si él sabe cómo hacer estas cosas! Los mismos conductores televisivos pasaron después una selección de goles del lateral brasileño, y el que le señaló en el 2008 a Portugal es igualito.

Ese gol fue la llave de un partido en el que Brasil se pasó casi una hora yendo a buscar sin mucha profundidad mientras Corea del Norte se defendía bien e incluso, por momentos, trataba de retener la pelota. Remates de Robinho (de buena actuación) y de Kaká (poco y nada) por arriba parecen demostrar que hasta los mejores pegadores tienen dificultades con la Jabulani. También probó varias veces, sin puntería exacta, el lateral izquierdo Bastos (otro que anduvo bastante bien, al igual que Elano, autor del segundo). Que Brasil haya tardado en abrir el marcador y que los norcoreanos le hayan descontado sobre el final del partido no quiere decir que haya corrido riesgos. Brasil no terminó de convencer, pero apenas está calentando motores.
Volver al sitio de El Transbordador.

Alemania goleó y convenció por funcionamiento, por velocidad para pasar al ataque, por renovación generacional, porque sus goleadores consagrados Klose y Podolski anotaron y exigieron siempre. Italia mostró algo de sus pretensiones aunque estuvo en desventaja y finalmente dividió puntos con Paraguay. Chile ganó, con Alexis Sánchez en alto nivel, y demostró que tiene una propuesta seria. España exhibió ante Suiza una dosis de su fútbol, mucho más que su rival, pero perdió y su clasificación está en riesgo.

Argentina renueva la apuesta
Para solucionar ante Corea del Sur los déficits que Argentina tuvo frente a Nigeria yo había pensado en pasar a un 4-3-3 con Burdisso de lateral derecho, y formar el medio con Maxi-Masche-Verón o si no con Verón-Masche-Jonás. Pero siempre manteniendo arriba a Tévez-Higuain-Messi y a Verón en cancha. En ambos casos, hubiera sacado a Di Maria.

Finalmente Verón, todavía no plenamente recuperado de su contractura, no va a jugar. Maradona eligió mantener a Jonás, ya como lateral derecho más definido, disponer en el medio a Maxi-Masche-Di Maria y mantener a los tres de arriba. Me gusta la propuesta. Si bien la ausencia de Verón resta armado, están el desdoblamiento de Maxi del medio hacia adelante, el recorrido de Di Maria y eventualmente la distribución de Mascherano, centralizado como un "centrojás" clásico, para hacer llegar la pelota a Messi y compañía.

Me gusta que Maradona mantenga sus delanteros. Es indicación de que su pensamiento estratégico está por encima de su pensamiento táctico, como debe ser. Quienes demandaban sacrificar un delantero para incluir un lateral no alcanzan a trascender el pensamiento táctico. Mañana sabremos cómo funcionó la cosa. Y cuánto progresaron los chicos de adelante en el control de la Jabulani.
Volver al sitio de El Transbordador.