Cuando las cosas salen bien, los comentarios sobran. Argentina goleó a Corea del Sur 4-1. Fue convincente frente al rival a priori más difícil del grupo y, con puntaje perfecto, está a las puertas de la clasificación.
La contractura de Verón ayudó a Maradona a tomar una decisión que en otras circunstancias hubiera sido difícil. Con Verón en cancha, Argentina tiene un hombre importante para el armado, para retener la pelota y para manejar los tiempos, Messi no necesita bajar tanto para buscarla y llega más picante y más a menudo al área contraria. Así fue contra Nigeria, sobre todo en el primer tiempo. Sin Verón y con Maxi, Argentina tiene más aporte en la contención por el lado derecho, Jonás puede concentrarse en el trabajo defensivo, Tévez no tiene que entreverarse tanto en la lucha en el medio y puede ser más claro como delantero, Messi tiene que bajar más y hacer un recorrido más largo, lo que puede ir en contra de su efectividad en el final de la jugada, y arriba todo tiene mucho vértigo y poca pausa.
Sin Verón y con Maxi
Argentina empezó siendo superior a los surcoreanos, que se plantaron de contraataque y multiplicaron la vigilancia sobre Messi. Eran aplicados, pero la diferencia estaba en lo que podía generar cada equipo de mitad de cancha hacia adelante. Los asiáticos corrían y provocaban la competencia física, los argentinos combinaban con destreza en velocidad y desplegaban mucha gente en ataque. En comparación al partido anterior, llamaba la atención lo enchufado que estaba Di María, el buen criterio con el que se movía Maxi, la gravitación que empezaba a tener Tévez en la ofensiva. Sin embargo durante el primer cuarto de hora, salvo un disparo de Higuain, no pasó demasiado. El gol llegó a los 16, de un tiro libre desde la izquierda por falta a Di María. Masche se quedó de último hombre relevando a todos y Argentina mandó tres zagueros al área rival, como hace casi siempre en las pelotas paradas para compensar el deficit de altura de sus atacantes. No sé si podrán repetir este recurso contra rivales fuertes en el juego aéreo, esos que tienen lungos en las dos áreas, pero hasta aquí funcionó. El centro de Messi fue a la esquina más cercana del área chica, sobró limpiamente al primer defensor coreano y después, ya bajando, a Demichelis; detrás de éste Park, sorprendido, se llevó la pelota por delante y marcó en contra.
A los 22 Burdisso ingresó por Samuel, contracturado. Tévez, de muy buen primer tiempo, probó un par de veces de media distancia; parece que le va agarrando la mano a la Jabulani más rápido que otros y un tiro libre suyo se fue pegadito al travesaño. Argentina aumentó a los 32, también de pelota detenida y por jugada preparada. Carlitos se comió a dos coreanos sobre la izquierda y le hicieron falta. En la ejecución tocaron Messi y Maxi, éste la mandó al área; cerca de la comisura de la media luna Burdisso, saliendo, la cabeceó de espaldas hacia el segundo palo donde Higuain, también de cabeza, la mandó adentro. Aquí el Pipita hizo notar su capacidad para ubicarse en el área y para manejarse al límite del offside. Después hubo remates sucesivos de Higuaín y Di María en una misma jugada, defendidos ambos por el golero Jung. Messi limpió rivales con gambeta fantástica y al picarla no la agarró bastante de abajo: se le fue cerca del palo izquierdo del arquero. Argentina merecía más y parecía que jugaba a su antojo, pero a los 45 una grosera falla de Demichelis posibilitó el descuento surcoreano.
Volver al sitio de El Transbordador.Uf, sentí que se complicaba
Al comenzar el complemento Corea del Sur se sintió a tiro de empate y presionó un poco más adelante. En la conferencia de prensa Maradona prefirió negar que a Argentina le hubiera agarrado un bajón, capaz que para no cargar las culpas sobre Demichelis. A la noche vi la repetición del partido y me di cuenta de que la cosa no fue tan dramática, no se puede decir que Corea superó a Argentina en ese tramo: de entrada el arquero le sacó el tercero a Higuain, después hubo un buen disparo de media distancia de Tévez que Jung desvió cerca del piso. Pero bajón hubo, duró hasta el tercer gol argentino, y en vivo y en directo dio un poco de miedo. Los delanteros argentinos comenzaron a diluirse. Tévez se perdía en el forcejeo, Messi bajaba más y su escalada era más larga y accidentada, la rotación de Higuain, Di Maria y Maxi perdía claridad. Un contraataque coreano pudo haber sido el empate, pero a mí me quedó en la retina el velocísimo y exacto achique de Sergio Romero que forzó a Kihun a patear afuera. Esa intervención y otra en que el arquero argentino anticipó con las manos un pelotazo en el límite del área y después se tiró afuera del área a rechazar con los pies son prueba de que Romero está en un nivel superlativo.
Diego redobla la apuesta
Cuando parecía que se ponía difícil, en lugar de reforzar la defensa Diego mandó a la cancha a Agüero por Tévez, a los 30 del complemento. Es decir, aceptó sacrificar la cuota que Carlitos aporta a la lucha a cambio de reponer la pólvora del ataque argentino. Por supuesto que en la tele algunos sabelotodos ya pedían defensores, defensores y más defensores. En cambio, Diego subordinó de nuevo la táctica a la estrategia, y acertó.
El Kun, fresco, muy veloz, formó enseguida un tándem con Messi para surcar el campo rival y liquidar el partido en 6 minutos. A los 32 Argentina volvió a anotar: Messi y Agüero partieron desde el círculo central, en campo propio, y combinaron en velocidad hasta que el Botín de Oro de Europa, casi llegando al fondo, lanzó dos disparos consecutivos: el primero dio en el pie del arquero y el segundo en la base del palo; Higuain que entraba por el medio recogió el rebote y la empujó adentro. El Pipita estuvo en offside por un instante cuando Messi remató por segunda vez, pero en la rapidez de la maniobra ni el juez ni el línea lo advirtieron. El ánimo de los surcoreanos acusó el impacto. El cuarto gol llegó a los 36, en una jugada lucida de Agüero quien, tras combinar con Higuain y Messi, tiró centro a la carrera desde la izquierda con el revés del pie derecho para que el Pipita, que entraba por el otro lado, cruzara la pelota hacia el contrapie del arquero con impecable cabezazo de pique al suelo. El más lindo de Argentina y uno de los más lindos vistos hasta ahora en el Mundial.
Argentina (6 y +4) no se clasificó todavía, porque a continuación Grecia le ganó a Nigeria. Pero sólo podría quedar afuera si pierde por tres goles con Grecia (3 y -1), y al mismo tiempo Corea del Sur (3 y -1) le gana por igual diferencia a Nigeria (0 y -2). La única esperanza para los africanos es que Argentina le gane a Grecia y ganarle ellos a Corea del Sur. Aun perdiendo, Argentina tiene una alta probabilidad de quedar primera en el grupo. Su rival en octavos vendrá del grupo en el que Uruguay y México pintan como candidatos. Ante Grecia, Argentina hará cambios para cuidar el físico de varios jugadores, para proteger a otros de las tarjetas amarillas, y para que Jonás cumpla la suspensión por segunda amarilla.
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