por Toto Imperatore
Uruguay es el más histórico de los tres semifinalistas históricos. Yo diría casi prehistórico, no con ánimo de ofender sino para diferenciarlo de los otros, más modernos. En el 30, de local superó la semifinal y después fue campeón; en el 50 no hubo semifinales por eliminación sino un cuadrangular en el que Uruguay se consagró por segunda vez, y por último en México '70 perdió con el Brasil asombroso de entonces. Tiene méritos en todas las líneas: una defensa y un medio campo firmes, con mucho orden y rapidez para replegarse a su zona cuando el rival gana la pelota, y un terceto de delanteros (Forlán más retrasado para conducir, Cavani de media punta o por afuera para asociarse y buscar y su goleador Suárez de punta). En lo futbolístico, hasta ahora no demostró en Sudáfrica su capacidad de juego salvo, claramente, contra el local. Sí mostró su coraje, su voluntad a puro corazón, su persistencia milagrera. En eso consistió su partido contra Ghana.
El sueño de una ronda semifinal dominada por Sudamérica se esfumó. Brasil se suicidó y de inmediato Holanda, sin dudar ni dejar dudas, lo remató por las dudas. Alemania desintegró con goles la ilusión de Argentina y la redujo a un mero espejismo. Paraguay le hizo frente a España de igual a igual, pero en un encuentro de pocas chances no aprovechó las suyas y terminó cayendo. De los sudamericanos, sólo Uruguay pasó, en un partido increíble que Ghana tuvo a su alcance antes de derretirse en los penales, incluido el que Gyan mandó al travesaño en el minuto 120 del juego.
Quedaron 3 semifinalistas históricos y 1 casi nuevo. Alemania es el que más frecuentó las semis, es la 12da ocasión en que llega a esta instancia; hasta ahora la superó 7 veces y claudicó sólo en 4. Más allá de sus antecedentes, en su versión actual parece un equipazo. Naturalmente estoy impresionado por el partido frente a Argentina, en el que quizá dispuso de demasiadas facilidades.
Holanda fue semifinalista en 3 oportunidades, cayó en la última (Francia '98, ante Brasil) y pasó a la final en las dos anteriores sin llegar a campeón (Alemania '74 y Argentina '78). Ya dije que de a ratos le veo cositas de aquella naranja mecánica del 74, sobre todo eso de poner la pelota al vacío en cualquier dirección y en cualquier lugar de la cancha, en corta y en media distancia. Cositas apenas, no quiero exagerar. Llega con un largo invicto en partidos internacionales, y con el respaldo de haber eliminado a Brasil en cuartos. En este torneo ganó todo lo que jugó, pero también en cada partido dio chances a sus rivales.
España es el casi-nuevo. Es su primera semifinal mundialista propiamente dicha, aunque una vez ya fue top-4: en Brasil '50 intervino en el cuadrangular final y quedó relegada al 4to puesto. A Sudáfrica llegó con chapa de candidata, por haber ganado su primera Eurocopa en el 2008 y por el nivel de juego que alcanzó en aquel momento. En todos los partidos de este Mundial dispuso de la pelota más que el rival y la manejó, aunque todavía no fue capaz de traducir el domino en abundancia de situaciones de gol. El Niño Torres está lejos del que se consagró en la Eurocopa, pero para compensar apareció Villa. España mostró carácter y paciencia para insistir hasta abrir brechas, aunque no llegó a establecer nítidas diferencias en el marcador con Suiza (con la que perdió el partido inicial), Chile (que le descontó con un hombre menos), y Paraguay (que consiguió emparejar los méritos durante la mayor parte del encuentro).
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