lunes, 3 de julio de 2006

Alemania 1 (4) - Argentina 1 (2)

por Toto Imperatore
Se acabó, queridos argentos. Pensé que iban a ser siete entregas, ocho quizás si sumábamos una de yapa sobre los festejos. Pero me quedo en ésta: la quinta.

Bah, igual ya me estaba aburriendo esto de escribir sobre fútbol. Un tema poco interesante, en realidad. Yo no sé por qué la gente se entusiasma tanto con el fútbol. Por qué se alteran tanto. Se ve que no tienen otra cosa en qué pensar. Yo sí tengo otras cosas de que ocuparme… sobre todo desde que perdió Argentina. Buaaaaá ME QUIERO MATAR. ¡Cómo puede ser que nos hayamos quedado afuera! Pero hicimos un papel digno me parece. Aunque eso no consuela.

Pienso que a Argentina le pasó contra Alemania lo que a México con Argentina. Ambos fueron capaces de jugarle de igual a igual a un rival superior, pero la exigencia para lograrlo es tan grande que te fundís. La superioridad argentina sobre México era técnica, y ellos la tenían que compensar con despliegue físico y concentración táctica. La superioridad alemana fue física (siempre lo es) y Argentina la tuvo que compensar llevando al límite la entrega física y el dominio de la técnica.

Así Riquelme fundió el motor, Crespo también, Sorín ni hablar. Abbondanzieri se lesionó. Es terrible chocar con esos tipos, me hizo acordar al choque de Carnevali contra el holandés Rep en el 74, el de entonces mucho más espectacular pero con el mismo final: arquero afuera. Ayala, Masche, Coloccini, se la bancaron a muerte. Tévez también, peleó como un gladiador pero otra vez sin suficiente claridad futbolística como para generar situaciones netas. No puedo decir que fue un partido excepcional de Carlitos como hacen muchos comentaristas, porque para mí la actuación de un delantero se califica por lo que hace en ataque, más allá de la admiración que uno puede sentir por otros méritos que sí fueron superlativos: su temple, su espíritu combativo. Maxi también se la bancó pero esta vez sin fútbol.

En fin, por un lado uno puede pensar que Argentina mereció mejor suerte. Pero por otro lado llegó muy poco, cómo iba a ganarlo sin crear situaciones. Que el árbitro inclinó la cancha. Y sí, eso pareció, pero sabíamos que iba a pasar eso y que pareja y por puntos se la daban a ellos. Había que noquear y no teníamos punch. Que Alemania se llevó demasiado premio. Y, sí, la verdad que sí. Pero un partido tan cerrado, con tan pocas situaciones, es empate clavado en 90 ó 120 ó lo que dure y se define en los penales. Y en los penales ellos hicieron las cosas bien y nosotros no.

Ahora, para seguir haciendo guita del Mundial los ladrones mediáticos tienen que llenar minutos que quedaron vacíos desde que Argentina no sigue. Entonces se dedican a buscar culpables, a revolver mierda.

Que Pekerman se equivocó en los cambios está probado, porque Cambiasso no aportó gran cosa y encima erró el penal. Cambiasso había sido lo más flojo de Argentina en los partidos previos. Fue insensato pretender que reemplazara al conductor futbolístico quebrado. Y Cruz no hizo nada. O muy poco, porque hay que contarle a favor un desborde (clarito) con centro al medio (malo, pero llegaba un solo delantero y el central lo cubría) y el penal muy bien pateado en la definición. Que tenía que haber entrado Messi en vez de Cruz. O hasta Saviolita. Y Aimar en vez de Cambiasso.
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Que Riquelme fracasó. Y que Crespo es pecho frío, que no ganó nada. Como si ganar algo fuera exclusivamente una cuestión de voluntad y pecho caliente, y no hiciera falta además tener condiciones técnicas y alrededor un equipo que funcione. Y ahora la nueva es que Riquelme y Crespo se odian y que Riquelme no se la pasaba a Crespo, y te muestran como 20 jugadas en que Riquelme se la pasa muy corta (y lo hace volver) o muy larga (y no llega) o lo agarra volviendo del offside o se la pasa a Maxi o a Cambiasso cuando era para Crespo y así. Y te dicen que si no se odian, no se entiende por qué Riquelme no lo habilitó más seguido, o la misma cantidad de veces pero mejor.

Y, la verdad que todo eso se puede decir y hasta luce como si uno supiera de fútbol. Pekerman debió haber llevado reemplazo para Riquelme. A quién no me preguntes, pero alguno debió haber llevado. Y capaz que al flaco Bilos para tener la fuerza y el tamaño que nos faltó. Y a Lux en vez de Franco. Y a Battaglia para contar con un volante por derecha natural, sin tener que improvisar tanto, y un reemplazo para Mascherano. Y, ya que lo llevó a Messi, haberlo puesto, y hasta a Saviola o a Aimar contra Alemania. Nos basta con comparar lo que fantaseamos que habrían hecho ellos con lo que realmente hicieron Cruz y Cambiasso para autoconvencernos de que tenemos razón. Podemos lamentarnos una y otra vez de que lo teníamos ahí, que ese partido estaba ganado, que ellos estaban muertos, que metíamos a los chiquititos y los pasábamos por arriba.

Veo a Francia eliminar a Brasil (Brasil tiene papá, y es Francia) y pienso en una palabra: grandeza. Eso nos faltó. Los veo jugar a Zidane y Rivery y pienso ves, esto es lo que se espera de un enganche y un delantero. Si hablamos en términos tenísticos, Argentina es top-8 y mientras se mantenga ahí no fracasa. Brasil es top-2 y por eso fracasó. Para volver a ser top-2 (lo habíamos sido en el 30) a nosotros nos hizo falta de dos condiciones excepcionales: jugar en casa (en el 78) y tener a Maradona (en el 86 y el 90), la primera difícil de repetir, la segunda irrepetible. Hay que encontrar lo antes posible la forma de subir y para eso hay que trabajar. Nuestros dirigentes, nuestros técnicos, nuestros periodistas, nuestros intermediarios, los padres de nuestros chicos futbolistas, ¿juegan a favor o en contra de este objetivo?

Desde que Argentina salió, mi final favorita es Italia-Francia. Y en cuartos me fue bien.  ¿Cómo la ven a la azurra para sacar a los alemanes?  ¡La azurra tiene peso, eh! Portugal no me gusta. Maniche es un jugadorazo, y Figo sabe un toco y todavía puede bastante, pero es más mañero y sucio que el Mellizo Barros Schelotto. Quiero que pierdan así se van del Mundial los últimos brasileros que quedan (Scolari y Deco). A propósito de brasileros, escuché unos bocinazos en Buenos Aires cuando perdió Brasil y me pareció lamentable … ¡qué abajo hemos caído!

Si la final es Italia-Francia, gli azzurri saranno campioni un’altra volta!!!! Avanti l’azurra!!!
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